lunes, 14 de enero de 2019

Moniciones para la Solemnidad de Nuestra Señora de la Altagracia

(Protectora de la República Dominicana)  
Color: Azul / Blanco

Lunes, 21 de enero de 2019
Sagrada Escritura:

Isaías 7, 10-14  O bien Ec (Sirácides) 24, 23-31
Gálatas 4, 4-7
Lucas 1, 39-48

Monición de entrada 
Muy buenas (noches, días, tardes) Hoy celebramos el día de Nuestra Señora de la Altagracia, nuestra protectora. La Altagracia es símbolo del pueblo dominicano. Símbolo de su fe, de su identidad nacional, de su confianza en la protección de la Virgen.  Es el punto de unión en medio de cualquier división de nuestro pueblo. Demos gracias a Dios, porque quiso enviarnos a la Santísima Virgen María para darnos consuelo en nuestras penas y llevarnos hacia él.  Pongámonos de pie para recibir a los ministros de esta Eucaristía.
Primera lectura: Is 7, 10-15
En la primera lectura vemos un encuentro del Profeta Isaías con Acaz, rey de Judá, en el siglo octavo antes de Cristo, que se veía tentado a hacer alianza con el rey pagano de Asiria para librarse de la amenaza de los reyes de Damasco en Aram y de Efraím.  El profeta anuncia una señal de Dios para alentar la fidelidad del rey Acaz, y como una garantía de la permanencia de la promesa hecha por Dios a David: el nacimiento de un niño de una mujer doncella.  Escuchemos.
Segunda lectura: Gál 4, 17
En el texto que escucharemos a continuación San Pablo condensa el rimo y la finalidad de la Encarnación. El Hijo de Dios se hace humano, nacido de una mujer, para que recibiéramos la condición de hijos.  Desde ahora, impulsados por el Espíritu, podemos llamar “Padre” a Dios y “hermano” al semejante.  Pongan atención al siguiente mensaje.
Tercera lectura: Lc 1, 26-38
El Evangelio de hoy contiene el anuncio del Señor a María.  Se cumple así la profecía de Isaías en la primera lectura. El “hágase” de María  es un “SÍ”, para la nueva humanidad salvada por Dios en Cristo; y nos muestra a nosotros, cristianos de hoy, el modo de optar definitivamente por el Evangelio y asumir compromisos concretos de presencia en el mundo y en la sociedad en que vivimos.  Nos ponemos de pie para escuchar esta Buena Noticia, pero antes entonemos el Aleluya.
Oración Universal
A cada petición, responderemos: “Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios”
1.     Tú que has hecho surgir a la Santísima Virgen María como el sol sobre los montes para iluminar a tu Iglesia, haz que, bajo el influjo de su belleza y de su amor, reine la justicia y la paz en todo el mundo. Roguemos al Señor.
2.     Señor Dios nuestro, que quisiste que la Madre de tu Hijo, fuera venerada en nuestro pueblo con el nombre de la Altagracia, haz que copiemos en nosotros sus virtudes y su amor hacia los pobres y desamparados. Roguemos al Señor.
3.     Tú que, por medio de Nuestra Señora de la Altagracia, cambiaste la fe de nuestro pueblo dominicano, has que por su intercesión esta fe se haga más profunda y comprometida. Roguemos al Señor.
4.     Haz Señor, que seamos siempre fieles al culto divino y tus mandatos, para que merezcamos, también nosotros, que la Virgen María nos salga al paso en el camino de nuestra vida. Roguemos al Señor.

Exhortación final
Hágase en mí según tu Palabra
María, la madre de Jesús, aunque en un primer momento no entendía cómo podía llegar a ser madre sin la interven­ción de ningún hombre, acepta la vo­luntad de Dios, porque estaba convencida que Dios es capaz de hacer lo que humana­mente parecería imposible.
Hacer la voluntad de Dios puede contrariar nuestros planes y proyectos; e incluso podemos resistirnos a realizar lo que Dios nos pide. Sin embargo, sólo encontraremos la verdadera felicidad en la realización de su voluntad.
Hoy, como comunidad, podemos pedir, por intercesión de María de la Altagracia, que sepamos cumplir la voluntad de Dios en cada momento de nuestras vidas. Ojalá las dificultades de la vida, ni el desánimo que muchas veces tenemos a la hora de asumir nuestros compromisos, nos impidan realizar nuestro trabajo comu­nitario con responsabilidad y constancia.

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