Color:
Verde
Domingo, 27 de enero de 2019
Sagrada Escritura:
Primera: Neh 8, 2-4a.5-6.8-10
segunda: I Cor 12, 12-30
Evangelio: Lc 1, 1-4;4,4-21
Sagrada Escritura:
Primera: Neh 8, 2-4a.5-6.8-10
segunda: I Cor 12, 12-30
Evangelio: Lc 1, 1-4;4,4-21
PRIMERA
LECTURA
Leyeron el libro
de la ley y todo el pueblo estaba atento.
Lectura del
libro de Nehemías. Jn 2,1-12.
En
aquellos días, Esdras, el sacerdote, trajo el libro a la asamblea de hombres y
mujeres y de todos los que podían comprender. Era el día primero del mes
séptimo leyó el libro en la plaza que hay ante la puerta del Agua desde el
amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres, mujeres y de los que
podían comprender; y todo el pueblo estaba atento al libro de la ley. Esdras el
sacerdote, estaba de pie sobre un estrado de madera que habían hecho para el
caso. Esdras abrió el libro a vista del pueblo, pues los dominaba a todos, y
cuando lo ebrio, el pueblo entero se puso en pie. Esdras pronunció la bendición
del Señor Dios grande, y el pueblo entero, alzando las manos, respondió: «Amén,
amén»; se inclinó y se postró rostro a tierra ante el Señor. Los levitas leían
el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que
comprendieron la lectura.
Nehemías,
el gobernador; Esdras, el sacerdote y letrado, y los levitas que enseñaban al
pueblo, decían al pueblo entero: -Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No
hagáis duelo ni lloréis (porque el pueblo entero lloraba al escuchar las
palabras de la ley). Y añadieron: -Andad, comed buenas tajadas, bebed vino
dulce y enviad porciones a quien no tiene preparado, pues es un día consagrado
a nuestro Dios. No estéis tristes pues el gozo en el Señor es vuestra
fortaleza.
Palabra de Dios.
Salmo
responsorial
R./ Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es
perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor
es fiel
e instruye al
ignorante.
R./
Los mandatos del Señor
son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es
límpida
y da luz a los ojos.
R./
La voluntad del Señor
es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del
Señor son verdaderos
y enteramente justos.
R./
Que te agraden las
palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía,
redentor mío.
R./
SEGUNDA
LECTURA
Vosotros sois el
cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Lectura de la
primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios. 1 Cor 12,12-30.
Hermanos:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del
cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos
nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un
mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo
Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo.
[Si el pie dijera:«No
soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del
cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo»,
¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo. Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo
oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería?
Pues
bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso. Si
todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Los miembros son
muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decir a la mano:
«No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito». Más
aún, los miembros que parecen más débiles son mas necesarios. Los que nos
parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con
más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.
Ahora bien, Dios
organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los más necesitados. Así,
no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se
preocupan unos de otros Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un
miembro es honrado, todos le felicitan.]
Vosotros
sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
[Y
Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto, los apóstoles; en el
segundo, los profetas; en el tercero, los maestros; después vienen los milagros
luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas,
el don de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles?, ¿o todos son profetas?,
¿o todos maestros?, ¿o hacen todos milagros?, ¿tienen todos don para curar?,
¿hablan todos en lenguas o todos las interpretan?]
Palabra de Dios.
ALELUYA. Lc 4,18-19.
Aleluya,
aleluya. El Señor me ha enviado a dar la Buena Noticia, a proclamar la
liberación a los cautivos. Aleluya.
EVANGELIO
Hoy se cumple esta Escritura.
Lectura del
santo Evangelio según San Lucas. Lc 1,1-4;4,14-21.
Ilustre Teófilo: Muchos
han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han
verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que
primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la Palabra. Yo
también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he
resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las
enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús
volvió a Galilea, con la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la
comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Fue Jesús a Nazaret,
donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados,
y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta
Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor
está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia
a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la
vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del
Señor».
Y, enrollando el libro,
lo devolvió al que le ayudaba, y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos
fijos en él. Y él se puso a decirles: -Hoy se cumple esta Escritura que acabáis
de oír.
Palabra del
Señor.
III Domingo. Tiempo Ordinario
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