domingo, 5 de abril de 2020

UN BURRO SIN MONTAR Y UN SEPULCRO SIN USAR

P. Wilkin Castillo


"Que niño Dios, en Belen más especial, que hombre Rey, en Jerusalén más especial".

Acercarse a Jerusalén era algo muy significativo para un judío, pues, era considerada Jerusalén patria espiritual del pueblo judío centro del mundo, donde residía Dios. Según lo que nos revelan los evangelistas, 

Jerusalén para Jesús tiene un significado en una doble vertiente: primero lugar de fiesta, lugar de encuentro, lugar de compartir. Pero al mismo tiempo, aunque nos parezca contradictorio lugar de dolor, de abandono, sufrimiento, muerte entrega y cruz. Por eso Él mismo llego a decir: 

“Miren, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los letrados, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará” (Mc 10, 32-34).

Hoy en el evangelio nos dicen: “Al acercarse a Jerusalén, junto al monte de los olivos Jesús mandó dos de sus discípulos, vayan a la aldea de enfrente y encontrarán un borrico atado, que nadie ha montado todavía, desátenlo y tráiganlo. Qué paradoja el de la vida un niño Dios que para entrar al mundo y entrar a Belen lugar de su nacimiento fue montado en un burro en el vientre aun de María su Madre y luego un hombre Rey para entrar a Jerusalén lugar de su muerte y ser proclamado por muchos lo hace también montado en un burro.

Que niño Dios, en Belen más especial, que hombre Rey, en Jerusalén más especial.

Hermanos me llama poderosamente la atención, el que se recalque que el burro que Jesús mando a buscar era un burro que nadie había montado todavía y lo relaciono con el evangelio al referirse a José de Arimatea, acudió a Pilato después de la muerte de Jesús y le pidió el cuerpo de Jesús, lo descolgó, lo envolvió en una sábana y la depositó en un sepulcro cavado en la roca, en el que todavía no habían enterrado a nadie (Lc 23, 50-53).  Que interesante Jesús montarse en un burro el cual nadie había montado, para ser proclamado Rey terreno en Jerusalén y más luego después de su muerte sepultado en un sepulcro nuevo para ser proclamado Rey del cielo.

Los judíos de aquel tiempo ofrecían ramos y mantos al Rey y yo hoy qué le ofrezco a ese Rey que sustituir y superar en mucho los ramos y los mantos de aquel tiempo, ofrecer mi vida y mi corazón, sería mi mejor ofrenda para Él y poder en este tiempo de crisis y prueba de nuestra fe es necesario sustituir el hosanna por el Señor ten piedad hemos pecado.

Poder decir con Isaías mi Señor me ha dado una lengua de iniciado; para saber decir al abatido una palabra de aliento.  Decir con los filipense: Jesucristo es señor, Kyrio, para gloria de Dios padre.

Amen!!!

Vía Crucis (El Camino de la Cruz)           


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