viernes, 10 de abril de 2020

EL JESÚS DE LA PALABRA DE LA CRUZ Y LA EUCARISTÍA


Padre Wilkin Castillo

Foto: Cortesía de Yadira
En esta celebración hemos tenido la gran oportunidad de ver a un Jesús que nos ha hablado por medio de la Palabra. Nos ha dicho Juan en su evangelio y la “palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”, que gran acontecimiento jamás visto y que no se repetirá después, un misterio, el Dios todopoderoso, abajarse, anonadarse y poner su casa en medio de su pueblo, el pueblo de sus hijos.

Por medio de Jesús, palabra, podemos saborear las enseñanzas que Dios regala a sus elegidos, y al mismo tiempo llenarnos de la sabiduría y la luz que éste Dios nos quiere comunicar como camino de salvación eterna.

Por la palabra nos entendemos y es una de las tantas maneras por la que Dios ofrece su mensaje a la humanidad, muchas veces confundida, ansiosa y sorprendida frente a una serie de acontecimientos que se van dando en nuestro diario vivir. La palabra edifica, la palabra transforma, la palabra nos ilumina.

Hoy también, Jesús utiliza el lenguaje de la cruz, un lenguaje que muchos no entendemos, es un código un tanto difícil de descifrar, pero es una manera por medio de la cual Dios nos habla. Es una forma de ser Dios muy particular; es bueno saber, que la humanidad siempre ha tenido una referencia con relación a la trascendencia, aquellas cosas que están por encima de nosotros y que nos cuestan poder entenderlas; ésta forma de hablarnos así, es muy particular. Pero nada tan especial como el Dios cristiano, rompió esquemas y prototipos de la manera de ser Dios, quizás sea por eso que a tantos les cuesta entender un Dios que no nos habla de un trono real, sino que de manera extraña nos da su mensaje desde el madero de la cruz, desde el trono de la cruz; viva el Dios de la cruz.

Este Dios no solo es palabra, muerte de cruz, sino, que es Eucaristía, comida, pan; un Dios que se da, se entrega como alimento de vida eterna. Es una manera extraordinaria de ser Dios y una donación auténtica y única de entregarse. Vamos a saborearlo como palabra, contemplarlo en la cruz y comerlo en la Eucaristía. Que todos experimentemos su amor y su bendición.




Otro artículo del mismo autor




No hay comentarios.:

Publicar un comentario