Padre Wilkin Castillo
Foto: Cortesía de Yadira |
En esta celebración hemos tenido la gran oportunidad
de ver a un Jesús que nos ha hablado por medio de la Palabra. Nos ha dicho Juan
en su evangelio y la “palabra se hizo
carne y acampó entre nosotros”, que gran acontecimiento jamás visto y que
no se repetirá después, un misterio, el Dios todopoderoso, abajarse, anonadarse
y poner su casa en medio de su pueblo, el pueblo de sus hijos.
Por medio de Jesús, palabra, podemos saborear las
enseñanzas que Dios regala a sus elegidos, y al mismo tiempo llenarnos de la
sabiduría y la luz que éste Dios nos quiere comunicar como camino de salvación
eterna.
Por la palabra nos entendemos y es una de las tantas
maneras por la que Dios ofrece su mensaje a la humanidad, muchas veces
confundida, ansiosa y sorprendida frente a una serie de acontecimientos que se
van dando en nuestro diario vivir. La palabra edifica, la palabra transforma,
la palabra nos ilumina.
Hoy también, Jesús utiliza el lenguaje de la cruz, un
lenguaje que muchos no entendemos, es un código un tanto difícil de descifrar,
pero es una manera por medio de la cual Dios nos habla. Es una forma de ser
Dios muy particular; es bueno saber, que la humanidad siempre ha tenido una
referencia con relación a la trascendencia, aquellas cosas que están por encima
de nosotros y que nos cuestan poder entenderlas; ésta forma de hablarnos así,
es muy particular. Pero nada tan especial como el Dios cristiano, rompió
esquemas y prototipos de la manera de ser Dios, quizás sea por eso que a tantos
les cuesta entender un Dios que no nos habla de un trono real, sino que de
manera extraña nos da su mensaje desde el madero de la cruz, desde el trono de
la cruz; viva el Dios de la cruz.
Este Dios no solo es palabra, muerte de cruz, sino,
que es Eucaristía, comida, pan; un Dios que se da, se entrega como alimento de
vida eterna. Es una manera extraordinaria de ser Dios y una donación auténtica
y única de entregarse. Vamos a saborearlo como palabra, contemplarlo en la cruz
y comerlo en la Eucaristía. Que todos experimentemos su amor y su bendición.
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