sábado, 18 de abril de 2020

LECTURAS: II Domingo de Pascua (Divina Misericordia) Ciclo A


Color: BLANCO

II Semana del Salterio

Domingo, 19 de abril de 2020

CITAS BÍBLICAS

-         1ra lect.: Hch 2, 42-47
-          Sal 117, 2-4. 13-15.22-24
-          2da lect.: 1P 1,3-9
-          Evangelio: Jn 20,19-31

"Las apariciones pascuales"

PRIMERA LECTURA

“Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común”.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles.  2, 42-47

Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando.                                                                 (Palabra de Dios.)

Salmo responsorial   Sal 117, 2-4. 13-15. 22-24

R./ Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
R./
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos.
R./
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Este es el día en que actuó el Señor;
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
R./

SEGUNDA LECTURA

“Por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva”.

Lectura de la primera carta del apóstol San Pedro. 1, 3-9

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que les está reservada en el cielo.

La fuerza de Dios les custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alégrense de ello, aunque de momento tengan que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de su fe de más precio que el oro que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo nuestro Señor.

No han visto a Jesucristo, y lo aman; no lo ven, y creen en él; y se alegran con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de su fe: su propia salvación.

Palabra de Dios.
SECUENCIA (Opcional)

ALELUYA  Jn 20, 29
Aleluya, aleluya. Porque me has visto, Tomás, has creído, dice el Señor. Paz a vosotros. Dichosos los que creen sin haber visto. Aleluya.

EVANGELIO

 “A los ocho días llegó Jesús”.

Lectura del santo Evangelio según San Juan. 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: -Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: -Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidas.
Tomás, unos de los Doce, llamado el Mellizo, no es taba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: -Hemos visto al Señor.
Pero él les contestó: -Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos Y no meto la mano en su costado, no lo creo.
A los ocho días estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás: -Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente
Contestó Tomás: -¡Señor mío y Dios mío!
Jesús le dijo: -¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.

Palabra del Señor

Feliz Pascua de Resurrección. Aleluya. Aleluya.


II Domingo de PASCUA.  Ciclo A

19 de abril de 2020




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