Color: BLANCO
Domingo, 12 de abril de 2020
CITAS BÍBLICAS
- 1ra lect.: Hch 10, 34ª. 37-43
- Sal 117, 1-2.16-17.22-23
- 2da lect.: Col 3, 1-4
- Evangelio: Jn 20, 1-9
“EL SEPULCRO VACÍO”
Gran sorpresa se llevaron las marias y Salomé al
llegar al sepulcro de mañanita y encontrarlo vacío, pero antes habían comprado
y preparado aromas para ir a embalsamar el cuerpo de Jesús. Esta actitud me recuerda
la actitud de las cinco vírgenes sensatas del Evangelio que esperaban al novio
y se prepararon para su llegada con su lámparas y suficiente aceite.
Muy temprano, el primer día de la semana, al salir el
sol, fueron al sepulcro. Pareciera que estas mujeres se pasaron la noche sufriendo
y sin dormir, pues habían perdido a su amado Jesús.
Pero otra preocupación las llevaba inquietas y se
preguntaban unas a otras: “¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del
sepulcro?” Pero, al detenerse y mirar la piedra estaba corrida. Infinitas
preguntas pasarían por la mente de estas mujeres y de seguro el miedo, la duda
y la incertidumbre invadió todo su ser, ante semejante acontecimiento, pues la
piedra era extremadamente grande.
Pero al parecer así de grande era la fe de estas
mujeres y el deseo de ver de nuevo a Jesús, aunque fuera su cuerpo frio, pálido,
maltratado, lacerado y ya sin vida ni aliento.
Pero también junto a la piedra enorme y ya corrida,
vieron un joven sentado a la derecha y vestido de blanco, el blanco simboliza
la pureza, la santidad y es un anuncio anticipado de resurrección; el
crucificado ahora es glorificado. Se asustaron las Marías y Salomé, pero les
llegó la paz cuando el joven se dirige a ellas y les dice: “No se asusten. ¿Buscan
a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado. Miren el
sitio donde lo pusieron.”
Asustarse es de humanos y ante algo tan maravilloso aún
más, pero si grande fue el susto mayor fue la alegría experimentada. Que no
dejemos de buscar a Jesús en nuestra vida cotidiana. Ya sabemos que el sepulcro
está vacío. Ahora nos corresponde seguir nosotros descubriendo esos vacíos, que
no haya corazones vacíos, que lo llenemos de amor, y si están vacíos sea de
egoísmo, que no haya vidas vacías y frías, sino que las llenemos de esperanza,
estando seguros que el Señor va por delante.
Domingo de la Resurrección del Señor. Ciclo A
12 de abril de 2020
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