TIEMPO DE PASCUA
Domingo, 2 de junio de 2019
Primera lect.: Hc 1, 1-11
Segunda lect.: Ef. 1, 17-23
Tercera lect.: Lc 24, 46-53
PRIMERA
LECTURA
Se elevó a la
vista de ellos.
Lectura de los Hechos
de los Apóstoles. Hch 1,1-11.
En
mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y
enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había
escogido movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó
después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo y,
apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.
Una vez que comían
juntos les recomendó: -No os alejéis dé Jerusalén; aguardad que se cumpla la
promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizo con agua, dentro
de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.
Ellos lo rodearon
preguntándole: -Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar la soberanía de Israel?
Jesús contestó: -No os
toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido
con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis
fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta
los confines del mundo.
Dicho esto, lo vieron
levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos
al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que
les dijeron: -Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo
Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto
marcharse.
Palabra de Dios.
Salmo
responsorial. Sal 46,2-3.6-7.8-9.
R./ Dios asciende entre
aclamaciones, el Señor, al son de trompetas.
Pueblos todos, batid
palmas,
aclamad a Dios con
gritos de júbilo;
porque el Señor es
sublime y terrible,
emperador de toda la
tierra.
R./
Dios asciende entre
aclamaciones,
el Señor, al son de
trompetas;
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey,
tocad.
R./
Porque Dios es el rey
del mundo;
tocad con maestría.
Dios reina sobre las
naciones,
Dios se sienta en su
trono sagrado.
R./
SEGUNDA
LECTURA
Lo sentó a su
derecha en el cielo.
Lectura de la carta del
apóstol San Pablo a los Efesios. Ef 1,17-23.
Hermanos:
Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu
de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón
para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de
gloria que da en herencia a los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su
poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa,
que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su
derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y
dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino
en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies y lo dio a la Iglesia, como Cabeza,
sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.
Palabra de Dios.
O bien:
SEGUNDA
LECTURA
Cristo ha entrado en el mismo cielo
Lectura de la carta a
los Hebreos. Hb 9,24-28;10,19-23
Cristo
ha entrado no en un santuario construido por hombres -imagen del auténtico-,
sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.
Tampoco se ofrece a sí
mismo muchas veces -como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos
los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber
padecido muchas veces, desde el principio del mundo-. De hecho, él se ha
manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con
el sacrificio de sí mismo.
Por cuanto el destino
de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio.
De la misma manera,
Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos.
La segunda vez
aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para
salvarlos.
Hermanos, teniendo
entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el
camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina,
o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios,
acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de
mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura.
Mantengámonos firmes en
la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa.
Palabra de Dios.
ALELUYA. Mt 28,19 y 20.
Aleluya, aleluya. Id y
haced discípulos de todos los pueblos, dice el Señor. Y sabed que yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Aleluya.
O bien:
ALELUYA . Mt 28, 19. 20
Id y haced discípulos de todos los pueblos
-dice el Señor-; yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
EVANGELIO
Mientras los
bendecía, iba subiendo al cielo.
Final del santo
Evangelio según San Lucas. Lc 24,46 53.
En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: -Así estaba escrito: el Mesías
padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se
predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos,
comenzando por Jerusalén. Y vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo
que mi Padre ha pro metido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os
revistáis de la fuerza de lo alto.
Después los sacó hacia
Betania, y levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se
separó de ellos (subiendo hacia el cielo).
Ellos se volvieron a
Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Palabra del Señor.
O bien:
EVANGELIO
Mientras los
bendecía, iba subiendo al cielo
Conclusión del santo
evangelio según san Lucas. Lc 24,46-53
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Así estaba escrito:
el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre
se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos,
comenzando por Jerusalén.
Vosotros sois testigos
de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la
ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»-
Después los sacó hacia
Betania y, levantando las manos, los bendijo.
Y mientras los bendecía
se separó de ellos, subiendo hacia el cielo.
Ellos se postraron ante
él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo
bendiciendo a Dios.
Palabra del
Señor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario