Domingo, 14 de abril de 2019
Procesión: Lc 19,28-40
1ra lect.: Is 50,4-7
2da lect.: Flp 2,6-11
Evangelio: Lc 22,14-23-56
Monición de entrada:
Buenas noches (días, tarde).
Queridos hermanos en Cristo: nos estamos acercando a la gran fiesta de la
Pascua, y por eso la Iglesia reflexiona en el gran amor que Dios nos
tiene. El amó al mundo hasta el extremo de entregar a su Hijo Único, con
el fin que todos nos salváramos. Respondamos con fe, con entrega y
oración al celebrar este gran acto de amor, la Eucaristía: sacrificio y
banquete. De pie, por favor, para recibir al celebrante y los ministros
con el canto de entrada.
Primera
lectura: II Cron 36, 14-16. 19-23 (La ira y la misericordia de Dios)
La primera lectura está tomada del
segundo libro de las Crónicas, este libro fue escrito después del destierro de
los judíos. Los israelitas habían sido infieles a Dios y a su alianza y
no había escuchado a los profetas. Por eso perdieron su templo y su
patria y se convirtieron en esclavos. Pero Dios es misericordioso; y
después de 70 años regresaron a Israel y construyeron un templo símbolo de la
presencia de Dios. Escuchemos.
Segunda
lectura: Ef 2, 4-10 (Por pura gracia están salvados)
San Pablo nos habla sobre nuestra
salvación. El amor de Dios es tan grande que por él estamos vivos con
Cristo y muertos al pecado. Esta fe es un don de Dios. Nuestra respuesta
debe ser de conversión muy profunda.
Tercera
lectura: Lc 22, 14-23-56 (A pesar de su condición divina)
Despojémonos de nuestras capas y de todo lo que nos ofrecen las falsas
seguridades. Abramos un ancho espacio para que el hombre profeta de Nazareth,
entre en nuestra vida. Caminemos tras él y asumamos como propios su causa y su
compromiso por la vida. Escuchemos este gran mensaje de fe y esperanza.
Oración universal
1. Por la Iglesia, especialmente,
nuestra comunidad parroquial, en su avance por el desierto de la Cuaresma hacia
la luz de la Pascua. Roguemos al Señor.
2. Por nuestra juventud: para que
descubra y responda a su misión en la Iglesia. Roguemos al Señor.
3. Seguimos orando insistentemente al
Señor, para que cesen las guerras, el odio y la violencia y rene la PAZ en el
mundo entero. Roguemos al Señor.
4. Por los que se están preparando para
recibir el Sacramento del Bautismo, su padres y padrinos, para que sean
fortalecidos diariamente y puedan cumplir sus compromisos bautismales.
Roguemos al Señor.
5. Por los que se alejan de la luz de
Cristo a causa del mal ejemplo de sus hermanos cristianos. Roguemos al Señor.
6. Por cada uno de nosotros, que fijando
nuestros ojos en Cristo, luz del mundo, y queremos realizar la verdad con
nuestras obras, hechas según Dios. Roguemos al Señor.
Exhortación final
(Tomado de B.
Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 263)
Gloria a ti, Señor Jesús,
el servidor paciente del Padre,
porque con tu cruz gloriosa
inauguras un amor sin fronteras.
Nadie te quita la vida,
sino que tú la entregas voluntariamente
por nosotros y por nuestra
salvación. ¡Misterio de amor!
No queremos lavarnos las
manos ni ser menos espectadores
en el drama de tu
pasión. Reconocemos nuestra culpa y pecado.
Tus enemigos creyeron
acallar tu voz para siempre,
pero la semilla de tu
palabra germina en el corazón del que ama
y del que vive contigo el
espíritu de las bienaventuranzas.
Concédenos seguirte
incondicionalmente, mientras anunciamos
tu muerte y proclamamos tu
resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Amén.
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