Tiempo de Pascual
Domingo, 21 de abril de 2019
- 1ra lect.: Hch 10,34ª.37-43
- Sal 117
- 2da lect.: Col 3,1-4
- Evangelio: Jn 20,1-9
Está en pie la esperanza de los pobres
Monición
de Entrada
¡FELICIDADES! Hermanos y hermanas,
en estas pascuas. Cristo ha resucitado y vive en medio de nosotros.
Así los apóstoles anunciaron la resurrección de Cristo en el contexto social y
religioso del mundo judío y greco-romano; también este mensaje liberador ha de
llegar al ser humano y al mundo de hoy. Puestos de pie, entonamos con
alegría el canto seleccionado para empezar la celebración gozosa de hoy.
Primera lectura:
Hc 10, 34a. 37-43 (Nosotros somos testigos)
Al escuchar esta primera lectura,
tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles, podemos deducir que la fe en
Cristo resucitado es efectivamente liberadora, porque Jesús salva al ser humano
del pecado, que es la fuente de todas las alienaciones y esclavitudes.
Escuchen con atención.
Segunda lectura:
Col 3, 1-4 (Busquen los bienes de allá arriba, donde está Dios)
El fundamento de la vida cristiana
es la identificación con la pascua, es decir, el paso de la muerte a la vida
que se ha producido en Cristo Jesús, muerto y resucitado para nuestra salvación.
Mediante el bautismo hemos sido sepultados con Cristo, y hemos resucitado con
Él. Presten mucha atención a esta exhortación paulina.
Tercera lectura:
Jn 20, 1-9 (Cristo había de resucitar de entre los muertos)
La noticia central del mensaje
cristiano es que Cristo ha resucitado. La resurrección de Jesús es el
misterio central de nuestra fe y el fundamento principal de nuestra esperanza
de liberación total de todo lo que nos oprime. Entonemos jubilosos el
aleluya para escuchar este interesante relato de san Juan; de pie, por favor.
Oración Universal
·
Por la Iglesia; para
que, renovándose sin cesar, pueda anunciar al mundo, la vida nueva en Cristo,
roguemos al Señor.
·
Por los bautizados en
la noche de Pascua, para que, despojados del hombre viejo y revestidos del
hombre nuevo, a imagen de Cristo, perseveren en la fe, que han sellado en el
bautismo, roguemos al Señor.
·
Por la humanidad que
sufre; para que el Señor Jesús, el Viviente, encienda en ella la esperanza de
la liberación de todo mal, roguemos al Señor.
·
Por nuestros jóvenes,
para que surjan las vocaciones que necesitan nuestro mundo y la Iglesia de hoy,
roguemos al Señor.
·
Por nosotros, que
celebramos esta Pascua; para que, cuando aparezca Cristo, vida nuestra
aparezcamos juntamente con el en la gloria, roguemos al Señor.
Exhortación final
(Tomado de B.
Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 471)
Te damos gracias, Padre, por la resurrección de
Jesús.
Un río de esperanza inunda nuestra vida desde
entonces,
pero una esperanza de liberación total que no
defrauda.
Estamos hartos de escuchar el
reclamo de las ideologías huecas,
propaganda que no logra
sacarnos de la indiferencia y la apatía,
ni al pesimismo de los que
abocan la vida del hombre a la nada.
Creemos que Cristo resucitado
es el centro de la historia,
La respuesta definitiva al
problema del hombre y de la vida,
Porque tú, Padre, lo
constituiste Salvador de toda la humanidad.
Ningún otro
nos puede salvar y liberar, ¡Bendito seas, Señor!
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