jueves, 24 de octubre de 2019

LECTURAS: XXX Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo C


Color: Verde

Domingo, 27 de octubre de 2019

CITAS BÍBLICAS


-         1ra lect.: Ecl 35,12-14.16-18
-         Sal 33
-         2da lect.: 2Tim 4,6-8.16-18
-         Evangelio: Lc 18,9-14

"Bienes y felicidad no son equivalentes"

PRIMERA LECTURA

Los gritos del pobre atraviesan las nubes.
Lectura del libro del Eclesiástico. Eclo 35,15b-17.20-22a.

El Señor es un Dios justo que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansa; no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial. Sal 33,2 3.17-18.19 y 23.

R./ Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca,
mi alma se gloria en el Señor;
que los humildes lo escuchen y se alegren.
R./
EL Señor se enfrenta con los malhechores
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
R./
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.
R./

SEGUNDA LECTURA
Ahora me aguarda la corona merecida.

Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a Timoteo. 2 Tim 4,6-8.16-18.

Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.
La primera vez que me defendí ante el tribunal, todos me abandonaron y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. El me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. ¡A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén!
Palabra de Dios.

EVANGELIO
El publicano bajó a su casa justificado; el fariseo, no.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas. Lc 18,9-14.

En aquel tiempo dijo Jesús esta parábola por algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás: -Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era un fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador. Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Palabra del Señor.










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