Domingo, 19 de enero de 2020
CITAS BÍBLICAS
I Lec. Isaías 49, 3.5-6
Salmo Responsorial 39
II Lec. I Cor 1, 1-3
III Lec. Juan 1,
29-34
ESTE ES EL CORDERO DE
DIOS
Monición
de entrada:
Desde distintos ángulos, las tres
lecturas bíblicas de este segundo domingo del Tiempo Ordinario se centran en el
testimonio sobre Jesucristo. A la garantía de Dios a favor de su Siervo como
luz de las naciones y portador de su salvación universal, y a la confesión de
Pablo que se proclama apóstol de Jesucristo, se suma el espléndido testimonio
de Juan el Bautista sobre Cristo Jesús como “cordero de Dios que quita el
pecado del mundo”. Puestos de pie, cantemos jubilosos para dar inicio a esta
liturgia.
Primera lectura Isaías 49, 3. 5-6 (Te hago
luz de las naciones)
Escucharemos un interesante pasaje del
libro del profeta Isaías donde el Siervo presenta las credenciales de su
misión, al estilo de los grandes profetas, cuando narra su llamada vocacional. Dios
le ha dirigido la palabra llamándolo “mi siervo”, un título que la Biblia
reserva para los grandes personajes de la historia de la salvación. Presten
atención.
Salmo Responsorial 39
Segunda lectura I Corintios 1, 1-3 (Saludo
de Pablo, apóstol de Jesucristo)
La primera carta a los corintios fue
escrita por Pablo en Éfeso, en la Pascua del año 57. Esta era una ciudad
céntrica, donde se daba el encuentro de varias culturas, caracterizada por el
deterioro de los valores morales y la presencia de la más variada forma de
religiosidad. Era una comunidad un poco difícil, a la que el apóstol saluda
llamándola “comunidad cristiana” y a sus miembros los define como a quienes
Dios santificó en Cristo Jesús, que son pueblo “santo”. Escuchemos.
Tercera lectura: Juan 1, 29-34 (El cordero
de Dios que quita el pecado del mundo)
El texto evangélico de hoy, narrado por
san Juan, contiene el segundo testimonio del Bautista a favor de la medianidad
y divinidad de Jesús, que está a punto de iniciar su vida apostólica. Escuchemos
esta Buena Noticia, pero antes entonemos el Aleluya.
Oración Universal
Respondan, por favor: “Muéstranos, Señor, tu misericordia”
·
Por el pueblo santo de Dios: para que manifieste la fidelidad al mensaje
evangélico viviendo el amor hacia los enemigos y la solidaridad con todos.
Roguemos al Señor.
·
Por los ministros del Evangelio: para que sean los primeros oyentes y
testigos de la Palabra que anuncian al pueblo de Dios. Roguemos al Señor.
·
Por los novios: para que descubran el valor humano y sobrenatural de su
amor y se preparen así a construir la familia, primera célula de la sociedad y
de la Iglesia. Roguemos al Señor.
·
Por las familias divididas: para que, a la luz de la palabra de Dios, con
la ayuda y la comprensión de los hermanos, puedan descubrir el sentido
cristiano de la vida y nunca duden de la misericordia del Padre. Roguemos al
Señor.
·
Por los jóvenes: para que puedan escuchar la voz del Padre que los llama a
la vida religiosa y sacerdotal. Roguemos al Señor.
·
Por nosotros y por nuestra asamblea: para que la llamada del Señor resuene
profundamente en nuestro espíritu y nos disponga a una conversión sincera.
Roguemos al Señor.
II Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo A
Hechos que
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