Domingo, 8 de septiembre de 2019
CITAS BÍBLICAS
- 1ra
lect.: Sab 9,13-19
- Sal
89
- 2da lect.: Film 9-10.12-17
- Evangelio: Lc 14,25-33
FANS DE JESÚS
PRIMERA LECTURA
¿Quién comprende
lo que Dios quiere?
Lectura del libro de la
Sabiduría. Sab 9,13-19.
¿Qué
hombre conoce el designio de Dios, quién comprende lo que Dios quiere? Los
pensamientos de los mortales son mezquinos y nuestros razonamientos son falibles;
porque el cuerpo mortal es lastre del alma y la tienda terrestre abruma la
mente que medita. Apenas conocemos las cosas terrenas y con trabajo encontramos
lo que está a mano: pues ¿quién rastreará las cosas del cielo, quién conocerá
tu designio, si tú no le das sabiduría enviando tu santo Espíritu desde el
cielo?
Sólo así serán rectos los
caminos de los terrestres, los hombres aprenderán lo que te agrada; y se
salvarán con la sabiduría los que te agradan, Señor, desde el principio.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial. Sal 89,3-4.5-6.12-13.14
y 17.
R./ Señor, tu has sido
nuestro refugio de generación en generación.
Tú reduces el hombre a
polvo,
diciendo: «Retornad,
hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer que pasó,
una vela nocturna.
R./
Los siembras año por año,
como hierba que se
renueva;
que florece y se renueva
por la mañana,
y por la tarde la siegan
y se seca.
R./
Enséñanos a calcular
nuestros años,
para que adquiramos un
corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta
cuándo?
Ten compasión de tus
siervos.
R./
Por la mañana sácianos de
tu misericordia,
Y toda nuestra vida será
alegría y júbilo;
baje a nosotros la bondad
del Señor
y haga prósperas las
obras de nuestras manos.
R./
SEGUNDA LECTURA
Recíbelo no como
esclavo, sino como hermano querido.
Lectura de la carta del
apóstol San Pablo a Filemón. Flm 9b-10.17-17.
Querido
hermano: Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a
Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión; te lo envío como algo de
mis entrañas. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en
tu lugar en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido
retenerlo sin contar contigo: así me harás este favor no a la fuerza, sino con
toda libertad.
Quizá se apartó de ti
para que le recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor:
como hermano querido. Si yo lo quiero tanto, ¿cuánto más lo has de querer tú,
como hombre y como cristiano! Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él
como a mí mismo.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
El que no renuncia
a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.
Lectura del santo
Evangelio según San Lucas. Lc 14,25-33.
En
aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús él se volvió y les dijo: -Si
alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a
sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede
ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mi, no puede ser discípulo
mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta
primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla ? No sea que, si
echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que
miran diciendo: «Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar».
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar
si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y
si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones
de paz.
Lo mismo vosotros: el que
no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.
Palabra del Señor.
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