TIEMPO DE PASCUA
Domingo, 19 de mayo de 2019
- 1ra lect.: Hch
14,20-26
- Sal
144
- 2da
lect.: Ap 21,1-5a
- Evangelio:
Jn 13,31-33a.34-35
Les doy un mandamiento: que se amen unos a otros
Monición de Entrada
Hermanos en Cristo, muy buenos días,
(tardes, noches): Estamos celebrando el quinto
domingo de Pascua, tiempo de alegría en el Señor. Nuestro gozo ha empezado
aquí, pero Cristo, nos revela que habrá una nueva creación al fin del mundo.
Mientras, tenemos que continuar la misión de Cristo aquí en la tierra,
amándonos unos a otros. Unidos con Cristo roguemos por una unión más profunda
entre nosotros al empezar esta eucaristía. De pie, por favor, para recibir la procesión
con el cántico de entrada.
Primera lectura: Hc 14, 21b-27 (Pablo y
Bernabé vuelven de su primera misión)
Escucharemos el relato de la primera
misión de Pablo y Bernabé. Ellos regresaron a su gente exhortándolos a
perseverar en la fe y subrayando las tribulaciones que vendrán. Pero
sobre todo, ellos contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y que es
importante en la vida de la comunidad. Escuchemos.
Segunda lectura: Ap. 21, 1-5a (Dios
enjugará las lágrimas de sus ojos)
En el libro del
Apocalipsis, san Juan ve un cielo nuevo y una nueva tierra, que es la Iglesia
triunfante. Ese triunfo comienza en la tierra. Dios convive con nosotros y
espera el fin de nuestra noche en la tierra para llenarnos de alegría. Si
participamos, si sentimos y vivimos con la Iglesia aquí, gozaremos en el cielo. Presten mucha atención a esta revelación.
Tercera lectura: Jn 13, 31-35 (Les doy un
mandamiento: que se amen)
El evangelio de hoy es parte del
discurso de despedida del Señor en la última Cena. Cristo fue glorificado a
través de su pasión y muerte, lo mismo va a pasar con su Iglesia. Cristo nos da
un nuevo mandamiento, el amor mutuo. Puestos de
pie, entonamos el Aleluya y escuchamos la Buena Nueva.
Oración Universal
- Por nuestra la Iglesia, para que continúe practicando la caridad
con los más necesitados. Roguemos al Señor.
- Por los misioneros, para que no sientan temor de predicar
públicamente el nombre de Jesús. Roguemos al Señor.
- Por los que abandonaron la Iglesia, para que experimenten el amor
de Cristo y de sus hermanos y regresen al redil. Roguemos al Señor.
- Por
el amor, la comprensión, el diálogo y la caridad entre los jóvenes y los
adultos, entre maestros y alumnos, para que nos amemos todos como quiere
Dios. Roguemos al Señor.
- Por
nuestra diócesis, para que surjan las vocaciones a la vida religiosa y
sacerdotal. Roguemos al Señor.
- Por
todos nosotros aquí reunidos alrededor del altar y en el amor de Cristo,
para que crezcamos en su amor, especialmente en nuestros hogares. Roguemos
al Señor
Exhortación final
(Tomado de B.
Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 483)
“Ámense como yo los he amado; así los reconocerán
como de los míos” ,
perdona nuestra falta de seriedad. Te dejamos
mal muchas veces,
porque no nos amamos unos a otros como tú mandaste
en la cena.
Después de tantos años de cristianismo todavía no
hemos aprendido
la lección. Suspenso anual durante siglos y
siglos.
Cambia, Señor, nuestro corazón de piedra por otro
de carne.
Transvasa tu Espíritu de amor a nuestro interior
anquilosado.
Y cuando hayamos desterrado por completo de nuestro
estilo
el egoísmo, la soberbia, el desdén, la frialdad y
la revancha,
entonces los demás nos reconocerán como tus
discípulos.
Amén
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