TIEMPO DE PASCUA
Domingo, 5 de mayo de 2019
- 1ra lect.: Hch
5,27-32.40-41
- Sal 29
- 2da lect.: Ap 5,11-14
- Evangelio: Jn 21,1-19
Monición de Entrada
Hermanos en Cristo muy buenos días, (tarde
noche): Hoy celebramos el tercer domingo de Pascua. Las lecturas nos revelan la
realidad de la iglesia. Hay oposición para la predicación del Evangelio.
Nuestra fuerza está en Cristo resucitado que siempre nos ayuda y fortalece
nuestra confianza. La Eucaristía es la gran plegaria de la Iglesia para
fortalecer la fe. Pónganse de pie para recibir la procesión de entrada mientras
cantamos.
Primera lectura: Hc 5,
27b-32.40b-41(Testigos somos nosotros y el Espíritu Santo)
La persecución de la Iglesia es por obedecer a Dios antes que a los
hombres. Los apóstoles continuaron su predicación con la ayuda del Espíritu
Santo a pesar de las amenazas y el riesgo de ser encarcelados. Escuchemos.
Segunda lectura: Ap. 5, 11-14 (Digno
es el Cordero degollado de recibir el Poder)
San Juan contempla, en una visión, a Jesucristo como el
Cordero de Dios. Éste aparece rodeado de una corte de seres que
representan a toda la creación y allí el Cordero recibe el culto, honor y la
gloria.Escuchemos.
Tercera lectura: Jn 21, 1-19 (¡Es el
Señor! Simón ¿me amas?)
Jesús está con sus discípulos, aunque ellos no lo reconocen. Está
presente en el trabajo, en el esfuerzo. Se hace presente por los signos del pan
compartido. Pedro recibe la encomienda del pastoreo universal. De pie por,
favor.
Oración Universal
- Por
los líderes de la iglesia, para que ellos sean fieles al predicar la
palabra de Dios a toda la gente, pero en especial a los
pobres, roguemos al Señor.
- Por
aquellos que están preparándose para la primera comunión y por sus
familiares, para que siempre se alimenten con el pan del cielo, roguemos
al Señor.
- Por
el gobierno, para que respete los derechos de los demás y cumpla las
promesas que hicieron a su pueblo, roguemos al Señor.
- Por
aquéllos que han completado su peregrinación en la tierra, para que
reciban los premios prometidos a los servidores fieles de Dios, roguemos
al Señor.
- Por
nosotros y nuestras intenciones para que compartamos el don de la paz del
Señor con los demás, roguemos al Señor.
- Por
nosotros aquí reunidos celebrando la palabra y la eucaristía, para
que reconozcamos a Cristo en nuestros hermanos, especialmente en
nuestros familiares, roguemos al Señor.
Exhortación final
(Tomado de B.
Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 477)
Señor Jesús, como a Pedro, hoy tú nos preguntas
también:
¿Me amas? Sí, Señor: pero concédenos amarte todavía
mucho más
con un corazón caldeado por el fuego inextinguible
de tu amor.
Tú nos abriste el camino que lleva hasta el Padre
y, gracias a ti, la vida es
mucho más fuerte que la muerte.
Estamos seguros por la fe de
que vives en nosotros
y estás presente en cada
hombre y mujer, nuestros hermanos.
Haz que nos entreguemos a la
apasionante tarea de amarte,
queriendo sin medida a los
demás con el amor con que tú los amas.
Danos la fuerza de tu Espíritu
para ser tus testigos siempre,
y obedecer la voluntad de Dios
si temor a nada ni a nadie.
Amén
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