TIEMPO DE PASCUA
Domingo, 28 de abril de 2019
- 1ra
lect.: Hch 5, 12-16
- Sal
117
- 2da
lect.: Ap 1, 9-13.17-19
- Evangelio:
Jn 20, 19-31
Monición de Entrada
Hermanos en Cristo muy buenos días, (tarde
noche): Hoy celebramos el segundo domingo de Pascua, fiesta de la Divina
Misericordia. Tiempo de paz y de fe. Cristo nos da un Espíritu que nos trae
paz, amor y alegría. Con la inspiración del Espíritu, la Iglesia primitiva
continuó la misión de Cristo. Ahora nosotros tenemos la responsabilidad de
formar una comunidad cristiana unida en su amor. La Eucaristía es signo de
unidad. Empecemos nuestra acción de gracias cantando con entusiasmo.
Primera lectura: Hc 5, 12-16 (Y todos se
curaban)
En la primera lectura, tomada del libro de los hechos de los Apóstoles,
el autor nos describe las actividades de san Pedro y el crecimiento de la
Iglesia primitiva. San Lucas subraya cómo el Espíritu Santo actuaba en los Apóstoles
y nos da una descripción de la primera comunidad cristiana. Ellos dieron
testimonio apostólico sobre la resurrección y vivieron juntos en comunidad.
Escuchemos atentamente.
Segunda lectura: Ap. 1: 9-11ª. 12-13.
17-19 (Lo que veas escríbelo en un libro)
En su visión, san Juan, contempla a Jesucristo como sacerdote y
como rey universal. Esta lectura nos da a entender que la vida cristiana tiene
sentido cuando está dirigida con Cristo, por Cristo y hacia Cristo.
Escuchemos para que sepamos orientar nuestro diario quehacer.
Tercera lectura: Jn 20, 19-31 (A los ocho
días llegó Jesús de nuevo)
Jesucristo resucitado se presenta a los Apóstoles. El primer don que
Jesús les regala es la paz. También les da la facultad para perdonar los
pecados. Pero, a la vez, les exige fe en la resurrección. De pie por favor.
Oración Universal
1.
Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes y diáconos, para que con
la presencia del Señor se fortalezcan en su servicio espiritual a todo el
mundo. Roguemos al Señor.
2.
Por los empleados del gobierno, para que realicen con alegría su
responsabilidad de servicio al pueblo de Dios. Roguemos al Señor.
3.
Por los que no creen en Dios, para que reciban el don de la fe. Roguemos
al Señor.
4.
Por los que se están preparando para recibir su Primera Comunión, para
que crezcan en la fe y en el amor de Cristo. Roguemos al Señor.
5.
Por nosotros aquí presentes, para que con nuestro testimonio y
apostolado, hagamos crecer nuestra comunidad. Roguemos al Señor.
Exhortación final
(Tomado de B. Caballero:
La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 473)
Te bendecimos, Padre, porque
gracias a tu Hijo Jesucristo,
cuya resurrección alumbró una
humanidad y un mundo nuevos,
los creyentes podemos tener
una sola alma y un solo corazón,
testimoniando así el amor que
él nos mandó y vivir como hermanos.
Señor, tú que eres más fuerte
que nuestras divisiones,
perdona nuestro desamor,
recelos, mezquindad y desconfianzas.
Queremos vivir unidos como
hermanos en Jesús, para ser
y aparecer como una comunidad
signo de Cristo resucitado;
comunidad de fe a la escucha
de la palabra, comunidad de amor
y de vida, comunidad
eucarística y de oración, comunidad
misionera, valiente y de
puertas abiertas al mundo. Que así sea.
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