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MORADO
Domingo, 17 de marzo de 2019
Sagrada Escritura:
Primera: Dt 26, 4-110
segunda: Rom 10, 8-13
Evangelio: Lc 4, 1-13
Sagrada Escritura:
Primera: Dt 26, 4-110
segunda: Rom 10, 8-13
Evangelio: Lc 4, 1-13
Cuando emprendemos un viaje a un lugar desconocido
primero nos informamos y consultamos el mapa de carreteras. El mapa nos indica
las rutas, las salidas, los hoteles para pasar la noche, los paradores, las
bombas de gasolina, las distancias…
El mapa es necesario para viajar. Pero más necesario
aún es saber a d´pnde se va.
Aquí estamos los cristianos de… comenzando nuestro
viaje cuaresmal.
¿Sabemos en qué ruta estamos? ¿Sabemos a dónde
vamos?
Vamos a mirar juntos el mapa de nuestro viaje y
juntos vamos a recorrer el camino.
Algo que no está señalado en el mapa de carreteras
es el lugar llamado tentación, cansancio, abandono, tiro la toalla, me rindo,
no puedo más, qué duro, cambio de sentido. Y esto es también parte del viaje.
Nosotros hemos probado casi todo en este viaje de la
vida:
§ hemos comido la
manzana de la desobediencia como Eva;
§ nos hemos emborrachado
como Noé;
§ hemos bailado
alrededor del becerro de oro como el pueblo de Israel;
§ hemos blasfemado
como el pueblo de Dios en Masá;
§ hemos cometido
adulterio como el rey David;
§ hemos sido
mordidos por las serpientes en el desierto;
§ hemos escondido nuestra
identidad de hijos de Dios…
Este viaje cuaresmal es el de la vuelta a la casa
del Padre por la ruta Jesús, Jesús es la autopista que nos lleva a la casa de
Dios.
Jesús también consultó un mapa para conocer la
voluntad de Dios, para hacer el camino de Dios.
¿Saben qué mapa consultó Jesús?
"Jesús lleno del Espíritu Santo fue conducido
por el Espíritu al desierto durante cuarenta días y allí fue tentado por el
diablo".
Cristiano es, quien como Jesús, consulta el mapa del
Espíritu, se deja guiar por el Espíritu, escucha el Espíritu Santo, se purifica
con el fuego del Espíritu Santo y vence el cansancio del camino con su fuerza y
nunca apaga el Espíritu Santo.
Hermanos, fijemos los ojos en Jesús, plenamente
humano, sufriendo los ataques del demonio, experimentando la tentación en su
viaje hacia el Padre como cualquiera de nosotros.
El demonio, disfrazado de consejero y amigo, le dice
a Jesús: "Si eres el hijo de Dios, convierte estas piedras en pan".
"No sólo de pan vive el hombre".
Jesús, como nosotros sufre la tiranía del cuerpo, de
sus necesidades y urgencias.
Jesús sufre el hambre, el cansancio, la desilusión,
el abandono, la enemistad, las limitaciones del cuerpo, del tiempo y del lugar.
Son muchas las personas que viven sólo para satisfacer al dictador cuerpo.
Jesús con su no al diablo, con su respuesta:
"No sólo de pan vive el hombre" nos está diciendo a todos:
§ no vivas sólo de
pan;
§ no reduzcas tu
vida a tus instintos básicos;
§ no des culto al
cuerpo. Es hermoso, cuídalo, es mi obra, pero busca otros valores, otros
alimentos, otros productos de belleza para adornarlo: la palabra de Dios, la
bondad, la oración, el ayuno, la limosna y la belleza del Espíritu.
De la tentación del cuerpo, la más inmediata, la más
fácil de caer, el demonio le ofrece el poder, todos los reinos:
"Todo esto te daré si postrándote ante mi, me
adoras".
Jesús no necesita el poder, no quiere ser un jefe
humano, para llevar a cabo su misión. Su misión es un acto de culto a Dios.
Jesús vino a enseñarnos que sólo hay un Dios al que adorar
y servir.
Jesús nos enseña a dejar a un lado los falsos dioses
que ocupan nuestro corazón y a hacer el camino cuaresmal sólo con Dios.
Y como signo de que confiamos en Dios vamos a
tirar en esta cuaresma todos los amuletos y signos de magia y superstición que
tenemos. Sólo Dios salva. Confía en Él.
Tú te cansas pero el diablo no descansa. El diablo
llevó a Jesús al pináculo del templo de Jerusalén, algo así como al Empire
State Building, y le dijo: "Si eres el hijo de Dios, tírate"…
"No tentarás al Señor tu Dios".
El diablo se asemeja al manager de un circo. Vamos a
dejar a la gente con la boca abierta. Un número más difícil. Tírate sin
paracaídas porque Dios hace milagros.
Dios no es un mago.
Dios no hace milagros para la galería.
Dios no tiene una agencia de envío de valores y de
milagros en la Calle Frentes 2, A.
Dios no es un showman del Canal 4.
Hermanos, Dios actúa. Dios hace milagros. Dios sabe
lo que necesitas. Déjale actuar, déjale ser Dios y Señor.
No le tientes con tus impertinencias.
Deja que Dios te pruebe en este viaje cuaresmal.
Cuando no sepas donde estás, ¿qué mapa vas a
consultar?
Cuando estés tentado, ¿a qué diosecillo vas a
invocar?
Cuando te olvides de a dónde vas, ¿a quién vas a
preguntar?
Dejémonos conducir por el Espíritu Santo.
En este viaje cuaresmal nuestro destino es Dios,
nuestra autopista es Jesús y nuestro mapa es el Espíritu Santo
I Domingo de Cuaresma. Ciclo C
Especial de Cuaresma
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