viernes, 20 de diciembre de 2019

HOMILIA: IV Domingo. Tiempo de ADVIENTO. Ciclo A


Color: MORADO

Domingo, 22 de diciembre de 2019

CITAS BÍBLICAS


-          1ra lect.: Isaías 7, 10-14

-          Salmo 23

-          2da lect.: Romanos 1, 1-7

-          Evangelio: Mateo 1, 18-24

" La figura silenciosa del Adviento"

En la vida hay muchos caminos, el del crecimiento, el del éxito, el de la fe, el de la felicidad…
Estaba yo un día en uno de esos caminos cuando vi a lo lejos un toro enorme y amenazante bloqueando mi camino. Estaba yo muerto de miedo y orando para que desapareciera, pero el toro no se movía. En ese momento escuché una voz interior que me decía: haz lo que tengas que hacer, pero tienes que seguir adelante.
Decidí reunir todas mis fuerzas y coger el toro por los cuernos, pasara lo que pasara.
Caminé con decisión y me enfrenté al toro.
No creerán lo que sucedió. El toro me dijo: "¿Por qué tardaste tanto tiempo en llegar hasta mí? ¿Tenías miedo? Te he estado esperando para llevarte, sube a mi lomo y dime adonde quiere ir".
Lo que a veces parece un gran problema se convierte en una bendición.
Valor para encontrar la bendición y superar el miedo es lo que necesitamos.
"José, no tengas miedo en llevarte a María como esposa"…
Una palabra de seguridad que Dios dirige a todos sus elegidos es la de "no tengas miedo".
Abrahán, Daniel, Zacarías, Pedro, María Magdalena, María y José y tantos otros escucharon esta consigna: "no tengas miedo".
Hoy, la escuchamos nosotros.
Hoy, al acercarnos a la Navidad, al misterio del amor, tiene un significado especial para nuestra comunidad.
Todos tenemos muchas razones para tener miedo: miedo al terrorismo, miedo a los aviones, miedo al sida, miedo al marido borracho, miedo a perder el trabajo, miedo a la cárcel, miedo a la muerte, miedo a perder la botella, miedo a perder el poder, miedo a ir la cárcel…
José tuvo miedo. Según el Libro de los Números tendría que haber llevado a juicio a María embarazada.
Dios no nos quiere quitar este miedo, que es natural y con el que tenemos que vivir.
Hay un miedo que sólo se puede vencer con el amor perfecto. Y el amor perfecto es el que celebraremos el día de Navidad, el del Enmanuel, Dios con nosotros, un Dios hecho carne, nacido de mujer a los nueve meses, alimentado por el pecho de una mujer, traicionado con un beso…
El miedo vencido por el Dios con nosotros que nos trae la salvación
El evangelio no es una terapia para curarnos de los miedos normales, pero sí para curarnos de los miedos que destruyen nuestra relación con Dios.
Toda la vida cristiana es un esfuerzo por amar como Jesús nos amó. Y el camino para conseguirlo se llama: confianza.
En Navidad Dios se fía de María, se fía de José, padre adoptivo, se fía de los apóstoles y hoy, se fía de nosotros.
Si Dios se fía de nosotros, ofrezcámosle también nuestra confianza.
No tenga miedo a Dios. Dios es el Dios de la cuna y de la cruz.
No tenga miedo al infierno. Pero no se olvide de amar.
No tenga miedo al riesgo.
La Navidad que celebraremos el día 25 no es el final de nuestros miedos, pero sí puede ser el principio de un nuevo amor.




IV Domingo. Tiempo ADVIENDO – Ciclo A

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