TIEMPO DE PASCUA
Domingo, 26 de mayo de 2019
- 1ra lect.: Hch
15,1-2.22-29
- Sal 66
- 2da lect.: Ap 21,10-14. 22-23
- Evangelio: Jn 14,23-29
Dios hace comunidad con el
hombre
Monición de Entrada
Hermanos en Cristo, muy buenos días,
(tardes, noches). Estamos celebrando el sexto
domingo de Pascua. La liturgia de hoy es una anticipación de la fiesta de
Pentecostés. Somos una comunidad reunida en el Espíritu Santo para celebrar los
sagrados misterios. Es en la comunidad donde se encuentra el Señor. Recibamos
la procesión de entrada mientras cantamos.
Primera lectura: Hc 15, 1-2. 22-29 (Hemos
decidido el Espíritu Santo y nosotros)
Escuchemos el relato de lo que se ha
llamado el Primer Concilio de la Iglesia en Jerusalén. Había diferentes
opiniones. Hubo discusiones fuertes. Al final, "de acuerdo con toda la
Iglesia" tomaron una decisión conforme el Espíritu Santo se lo inspiraba.
Pongan atención.
Segunda lectura: Ap. 21, 10-10.22-23 (Me
enseño la ciudad que bajaba del cielo)
En su visión del
Nuevo Cielo, san Juan contempló algo maravilloso. No había templo porque el
templo es el Cordero. La luz que ilumina la ciudad es la gloria de Dios y del
Cordero. Escuchemos.
Tercera lectura: Jn 14, 23-29 (El
Espíritu Santo les irá recordando todo)
En este pasaje evangélico, Jesús nos
habla de su intimidad personal. El Padre y Cristo habitan en el que ama a
Cristo. El Espíritu Santo va a ser el agente que interprete la Palabra de Dios,
pero no aisladamente, si no en comunidad. De
pie, por favor, para escuchar la Buena Nueva, pero antes entonemos el Aleluya.
Oración Universal
- Para que la renovación diaria de la Iglesia continúe dando nueva
vida al Pueblo de Dios. Roguemos al Señor.
- Para que todos los cristianos aceptemos y vivamos los dones que el
Espíritu Santo nos ha regalado. Roguemos al Señor.
- Para
que la próxima fiesta de la Ascensión afirme en nosotros la fe en la
presencia de Cristo en la comunidad. Roguemos al Señor.
- Para
que busquemos más los intereses de nuestra comunidad que nuestros
egoísmos. Roguemos al Señor.
- Por
todos nosotros y nuestras vivencias del amor de Dios, para que nos dé ojos
para ver lo bueno que hay en los que nos rodean. Roguemos al Señor.
Exhortación final
(Tomado de B.
Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 486)
“Ámense como yo los he amado;
así los reconocerán como de los míos” ,
perdona nuestra falta de
seriedad. Te dejamos mal muchas veces,
porque no nos amamos unos a
otros como tú mandaste en la cena.
Después de tantos años de
cristianismo todavía no hemos aprendido
la lección. Suspenso
anual durante siglos y siglos.
Cambia, Señor, nuestro corazón
de piedra por otro de carne.
Transvasa tu Espíritu de amor
a nuestro interior anquilosado.
Y cuando hayamos desterrado
por completo de nuestro estilo
el egoísmo, la soberbia, el
desdén, la frialdad y la revancha,
entonces los demás nos
reconocerán como tus discípulos.
Amén.
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